Un calle de Pekin

Un calle de Pekin

1858-07-11

En el interior de este número de El Mundo Pintoresco, see describe la portada como sigue:

Aunque no son anchas las calles de la corte tártara, la de Zu-phaileou [en realidad debe tratarse del inicio de la calle Qianmen, al sur de la la plaza de Tian'anmen; un pailou es un arco], que es la que representa nuestro grabado, tiene 80 pasos de ancho y tres kilómetros de largo, desde su arranque junto a la Puerta de la vida eterna, hasta la puerta de la Sabiduría de los letrados respetables. Las columnatas, que llamarán la atención de nuestros lectores, son arcos de triunfo. Habitan por lo común en esta calle los comerciantes, lo que le da una animación de que carecen otras. También se encuentran en ellas banqueros, quinquilleros, almacenes de loza y alguna que otra librería.
Las fondas y las tiendas de té tienen muestras de seda o papeles inmóviles o flotantes que dicen: Aquí se le da gusto al paladar con los manjares más exquisitos, poniendo debajo a manera de nota los versos del emperador Kéen-long [Qianlong], que empiezan: Pon a un fuego moderado, etc. Cada taza de té cuesta un cuarto.
No reina la simetría en la alineación de las calles, pero tampoco se encuentran esas torres de Babel con cinco o seis pisos que entristecen nuestras poblaciones. Las casas por lo común tienen dos solos pisos, y se sube a ellas por una escalinata de mármol.

"Un calle de Pekin", El Mundo Pintoresco, Nº. 16, 25 de julio de 1858 / Biblioteca nacional de España.