Agustinos del Sagrado Nombre de Jesús de Filipinas

 Casa-misión agustina en Tingxianduzhen, Hunan Cuadro estadístico de los frutos espirituales en el Vicariato de Hunan Septentrional durante 50 años de apostolado

Cuadro estadístico de los frutos espirituales en el Vicariato de Hunan Septentrional durante 50 años de apostolado

Autor: Xavier Ortells-Nicolau

Si bien hay que remitir la presencia agustina en China a 1575, con la visita de Martín de Rada y Jerónimo Martín, no fue hasta finales del siglo XIX, con la encomienda por parte del Papa León XIII a los Agustinos del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas (llamados popularmente del Escorial) del norte de la provincia de Hunan (81.000 km cuadrados y 11 millones de habitantes) cuando se fundan importantes misiones agustinas en China. Administrativamente, estas se organizan en el Vicariato Apostólico de Hunan Septentrional (más adelante, de Changsha, o Chenghteh, como se translitera en la época) y las Prefecturas de Lixian (Lichow) y Yueyang (Yochow), mientras que al sur de la provincia se asentarían los franciscanos.

Luis de Oteyza en El diablo blanco (1928) describe la distribución territorial de las órdenes misionales y el papel de las procuraciones:

Porque resulta que las misiones católicas de Oriente están distribuidas por la Santa Sede a las distintas Órdenes religiosas, y delimitando el radio de acción de unas y otras, para que el celo evangelizador no las lleve a competencias poco ejemplares. Shanghai corresponde así a los jesuítas, quienes no permiten ejercer el ministerio sagrado a los agustinos, ni a los dominicos, ni a los recoletos. Pero estas otras comunidades tienen en tal ciudad, que ofrece garantías a los habitantes con el extraterritorial régimen, sus "procuraciones", es decir, los centros de su administración. 

La Procuración de Shanghai sirvió de motor financiero de las misiones agustinas con una gran actividad económica (sector inmobiliario, acciones). La Procuración de Hankou, a cargo del catalán José Pons, sirvió de campamento base antes de adentrarse vía fluvial hacia las distintas misiones.

Vista panorámica de Pingjiang

Estación de Pinkiang

Ángel Cerezal (El mártir del Tungking, 1939) describe la organización de las misiones como sigue:

Para formarse una idea muy aproximada de los constitutivos de una Misión en el interior de China, bastará suponer que en una de las diócesis de España no hay más que una iglesia en la capital, y otras dos o tres anejas en otras tantas poblaciones importantes, y que al frente de todas ellas hay un solo sacerdote, que reside habitualmente en una casa adosada o contigua a la Iglesia de la capital.

Llámese misionero a ese sacerdote; al grupo formado por la iglesia y la casa cural, désele el nombre de Casa misión o Residencia, y en fin a las iglesitas anejas (en las que diariamente se reza en común bajo la dirección de un catequista) denomíneseles Oratorios, Estaciones, Visitas o más propiamente Kung so en lenguaje de los chinos.

Fotografía de la Procuración agustina de Hankou

Procuración de Hankou

Retrato del agustino José Pons

José Pons

En su ruta desde España, los misioneros llegaban primero a Shanghai, donde frecuentemente no pasaban demasiado tiempo. Emprendían un viaje en barco por el río hacia Hankou, donde los recibía el padre José Pons. Cerezal cuenta que José Pons, quien ejerció el cargo de procurador de 1894 a 1923,

era toda una institución en la ciudad. Varias veces le oímos gloriarse candorosamente de que entre los millares de extranjeros que en ella vivían, sólo un ruso había fijado allí su residencia antes que él. En 1913, el Vicepresidente de la joven República China le entregó un artístico diploma, en el que se enaltecía su labor filantrópica en tiempo de epidemias y demás calamidades públicas. Durante los años aciagos de la guerra europea le saludaban militarmente los policias indios al servicio de la Concesión inglesa, y depositaban en sus manos, sin garantía, objetos de valor los alemanes que entonces eran allí numerosos y tenían Concesión propia.

La procuración de Hankou servía de campamento base para los misioneros repartidos en los territorios al norte de la ciudad, y volvían a ella, y a las comodidades de sus Concesiones, en caso de amenazas o enfermedad.

En el relato de su viaje a través de China en 1894, George E. Morrison, quien fuera más tarde corresponsal del The Times en Beijing, refiere un encuentro en la Procuración, que aprovecha para comentar -en términos no muy halagadores- su opinión de los españoles.

I called at the headquarters of the Spanish mission of Padres Agustinos and smoked a cigarette with two of the Padres, and exchanged reminiscences of Valladolid and Barcelona. And I can well conceive, having seen the extreme dirtiness of the mission premises, how little the Spaniard has to alter his ways in order to make them conform to the more ancient civilisation of the Chinese.

Fotografía de la Casa Procuración agustina en Shanghai

Procuración de Shanghai

La Procuración de Shanghai, bajo la dirección de Gaudencio Castrillo y Pedro Cerezal, aprovechó el dinamismo del gran puerto de Shanghai para financiar las misiones de Hunan. 

Hacia 1904, la Procuración cuenta con una decena de parcelas, que incluyen propiedades comerciales, residenciales y fincas rústicas. Por su parte, las Procuración tiene acciones de empresas en sectores innovadores como el petróleo (Shanghai Langkat Company), el tabaco o las comunicaciones.

Oratorio de la estación de Mungchishi

Estación de Mungchishi

En 1924, el Primer Concilio General de China cambió el nombre del Vicariato Apostólico de Hunan Septentrional, que pasará a ser el Vicariato Apostólico de Changteh (Changsha). Un año más tarde, la Santa Sede dividió el Vicariato, cediendo la parte más occidental a los pasionistas norteamericanos, quedando en manos de los agustinos españoles los distritos de Changsha, Yueyang y Lixian.

Fragmento de <em>El Comercio en Extremo Oriente</em>, de Gaudencio Castrillo

Los misioneros agustinos apostados en China contribuyeron frecuentemente a publicaciones de la orden de San Agustín española: Ecos del Tungting (más tarde, Ecos del Apostolado), con noticias sobre las misiones, fotografías, poemas, etc., y España y China, de tono más académico.

Además de sus contribuciones en publicaciones periódicas, los agustinos también publicaron libros de gran alcance, como El Comercio en el Extremo Oriente, de Gaudencio Castrillo, relatos de sus experiencias, como Notas y escenas de viaje, de Juvencio Hospital (1914), El mártir del Tungking, de Ángel Cerezal (1939) y el Viage a China, de Raymundo Lozano (1879) o el Breve estudio sobre la música china (1914) de Pedro Cerezal. También hay que destacar la producción poética de Abilio Gallego.

 

Referencias

  • CASTRILLO, Gaudencio. El comercio en el Extermo Oriente. Madrid: Asilo de Huérfanos, 1918.
  • CEREZAL, Ángel. El mártir del Tunking, Valladolid: Imp. Católíca. F. G. Vicente, 1939, pag. 130.
  • MORRISON, G. E. An Australian in China. London: Horace Cox, 1895
  • OTEYZA, Luís de. El diablo blanco. Madrid: Imprenta Helénica, 1928.
  • P.P. Agustinos Españoles, Vicariato de Changhteh. 1879-1929. Hunan-China. Dah Hsing Publishing Office, Hankow, 1929.
 
 

Citación recomendada

Ortells-Nicolau, Xavier. “Itinerario: las misiones de China: agustinos del Escorial”, Archivo China-España, 1800-1950, [fecha de consulta], http://ace.uoc.edu/exhibits/show/misiones-china/agustinos-espanoles

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