De Luzón a España
Autor: David Martínez-Robles
El nombre con que eran designados España y sus representantes en China es especialmente importante para entender el modo en que las autoridades imperiales se aproximaron e interpretaron a sus interlocutores españoles.
Hasta mediados de siglo XIX, el nombre chino de un mismo país podía tener diferentes versiones, o por el contrario distintos países podían ser designados con un único nombre, con las confusiones que ello suponía. El caso de España es ejemplar. Desde el siglo XVI, las denominaciones más frecuentes eran las de Gansila 干絲蠟 y Ganxila 干西蠟 (por Castilla), junto a la de Lüsong 呂宋 (por Luzón, principal isla de las Filipinas). A mitad del siglo XIX, el nombre más habitual continuaba siendo el de Lüsong, aunque existían otras formas menos frecuentes, como Risibaniya 日斯巴尼亞, o Riguo 日國 (ésta última, abreviatura de la anterior, ambas usadas en los años 1840). Los documentos de las autoridades chinas en muchas ocasiones se refieren a España como Dalüsongguo 大呂宋國 o País del gran Luzón. En cambio, otros documentos hablan de Xiaolüsongguo 小呂宋國 o País del pequeño Luzón, normalmente refiriéndose específicamente a las islas Filipinas. Sin embargo, es muy frecuente que se hable simplemente de Lüsong, sin distingos entre la metrópolis y la colonia. Esto es especialmente problemático en el caso de los ciudadanos españoles, siempre llamados Lüsongren 呂宋人 (o en alguna ocasión Lüsong yiren 呂宋夷人), es decir, “luzones”, eliminando cualquier posibilidad de distinguir nominalmente entre los naturales de la Península y los de las Filipinas.
Gumersindo Ogea, primer Cónsul de España en Shanghai, en su primera entrevista con las autoridades de esa ciudad se mostró preocupado por el desconocimiento y confusión de los funcionarios chinos respecto de España:
He procurado que la conversación girase sobre el conocimiento, que los letrados Chinos, tuviesen acerca de la España. No tardé en persuadirme de que era tan escaso, que apenas conocían su situación, é ignoraban completamente su nombre; designando á nuestro país con el de Gran Luzón [...] He creído que estaba el de corregir, ó mejor dicho, substituir al de Gran Luzón, el nombre por tantos títulos ilustre de la metrópoli, España.
Por de pronto, he regalado al Toutay una carta geográfica de nuestra península, con anotaciones marginales, escritas en Chino, en las que he consignado la situación astronómica, límites, principales producciones, poblaciones, ejercito, marina, colegios, Universidades y Bibliotecas de nuestro país, noticias que me ha parecido útil inculcarle, atendidas las aficiones de esta gente culta, no menos que las ideas que les hacen efecto.
Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, H2363, nº 10, Shanghai, 4 de Diciembre de 1858.
La medida de Ogea no tuvo un efecto inmediato, aunque en 1864, al menos con motivo de la firma del tratado de comercio entre China y España, se utilizó un nombre fonéticamente más próximo al de España, Risibaniya. La preocupación de Ogea, a pesar de exponer intereses basados en el orgullo y el honor nacionales, no era inmotivada. Había una dificultad geográfica añadida a la del nombre: a pesar de ser teóricamente conscientes de que los españoles venían del “gran océano occidental”, es decir, de Europa, los funcionarios chinos por lo general asociaban geográficamente España a las islas Filipinas. Todos los barcos españoles llegaban a las costas de China desde el puerto de Manila; durante años, la bandera que había ondeado en la factoría española en Guangzhou era la de la Real Compañía de Filipinas; y la gran mayoría de españoles que frecuentaban territorio chino desde décadas atrás eran originarios de Filipinas. De ahí la tendencia a confundir, tanto nominal como en algunas ocasiones geográficamente, España y las Filipinas.
Citación recomendada
Martínez-Robles, David. “Itinerario: Cuando España se llamaba Luzón”, Archivo China-España, 1800-1950, [fecha de consulta], http://ace.uoc.edu/exhibits/show/show/china-descubre-a-espana/espana-se-llamaba-luzon