Los frontones de pelota

Fotografía del Auditorium

El Auditorium

Autor: Xavier Ortells-Nicolau

El 7 de febrero de 1930, con el impulso de Teodoro Jauregui y empresario francés Felix Bouvier, se inauguraba en Shanghai el Auditorium, también llamado Parc des Sports, el flamente edificio dedicado a las competiciones de pelota-cesta o jai alai en Shanghai. El Auditorium estaba situado en la esquina de la Avenue Joffre con la Avenue du Roi Albert (actuales Shanxi Nanlu con Huaihai Zhong lu), en la Concesión Francesa. El Auditorium era un edificio moderno, cómodo y bien climatizado, iluminado con neones rojos y negros por la noche.

Cabecera de la revista semanal<em> La Cesta</em>

Cabecera de La Cesta

Anuncio de competición de jai alai

Anuncio con emparejamientos

La novedad, la velocidad y, sobre todo, las apuestas hicieron del hai alai una atracción de primer orden en el Shanghai de los años treinta. Desde su inauguración, una importante campaña publicitaria anunciaba diariamente los partidos, convirtiendo a los pelotaris en figuras públicas. La revista La Cesta 回力球周刊, publicada en inglés y en chino con fotografías, resultados, chismorreos del mundo del hai alai, etc. también contribuyó al boom. 

Julio de Larracoechea, en su novela Ramonchu en Shanghai, describe la introducción del juego en Shanghai con la llegada de pelotaris provenientes de El Cairo:

Se comenzó por dejar la entrada libre en el Auditorium o frontón, que también se llamaba Parc des Sports. Con ello se conseguía todas las noches que el local se llenase de público. Después se simplificó el juego, se hizo más fácilmente inteligible.

No se anunciaban partidos, salvo en circunstancias excepcionales. Se jugaban quinielas. Disputábanse éstas seis ágiles y atléticos contrincantes, cada uno de los cuales llevaba su número en la espalda. Los jugadores entraban en liza sucesivamente, y en cada tanto tomaban parte dos de ellos. El que perdía quedaba eliminado, de momento al menos, y ganaba la quiniela el pelotari que antes que sus adversarios, en uno o varios empeños, se apuntaba seis tantos.

De esta forma, el chino de Shanghai se habituó a asistir al frontón y, poco a poco, adquirió confianza en la honradez de los vigorosos contendientes, fué conociendo a éstos y se aficionó a apostar su dinero por uno u otro de ellos. Ayudó al gran éxito del espectáculo de la pelota en la inmensa urbe del Whangpú, la inteligente y sugestiva publicidad que realizaba la empresa en periódicos y revistas, especialmente. (pags. 150-151)

Los pelotaris

Fotografía de pelotaris

Cinco pelotaris del frontón de Shanghai

Los pelotaris llegaron a Shanghai tras un periplo por los grandes frontones del mundo, como los de La Habana, El Cairo o Manila. Sotolongo, Urizar, Berrondo, Prudencio, Urbieta, Solozabal, Argoitia, Ramos, Careaga...el elevado número de los pelotaris hizo que, en los años treinta, constituyeran el grueso de los españoles residentes en Shanghai. 

En una entrevista a Teodoro Jauregui, el gran empresario del hai alai en China y capitán de los pelotaris, publicada en España en 1932 Jauregui comentaba:

Aquí todo va bien, muy bien. Los pelotaris están muy contentos, pues ganan sueldos magníficos y ahorran mucho. Contaminados del barullo comercial que reina aquí, se dedican casi todos ellos al comercio, y se han establecido con cafés, tiendas de modas, y—¡pásmate!—uno de ellos ha montado un magnífico gabinete de belleza.

En efecto, Urquidi, Oscar, Maguregui, Urquidi o Rafael, todos ellos pelotaris habituales en las competiciones, eran propietarios o accionistas de negocios, mayoritariamente de restauración y ocio.

Por su parte, en una entrevista concedida a sus 92 años, el pelotari Cecilio Urizar recordaba:

La vida era muy barata cuando llegué en 1933 y todos los pelotaris teníamos un ajuar compuesto por diez pares de zapatos y camisas de seda...Jugábamos ocho quinielas; luego entraba otro grupo que jugaba otras ocho, 16 en total. En el frontón también se realizaban combates de boxeo y corría el caviar y el champán francés. Cobrabamos 1.500 dólares chinos, lo que equivalía a 500 $ USA, lo cual no estaba nada mal.

Sin embargo, no todo fue caviar, champán y coches. En 1931, con la crisi mundial afectando las monedas extranjeras, los pelotaris se declararon en huelga para protestar por el incumplimiento del contrato que estipulaba que se les pagara en libras esterlinas y no en moneda local. En un contrato de 1932, ya estipula que se le pagará al pelotari en dólares mexicanos.

 

Anuncio del frontón de Tianjin

El frontón de Tianjin

El frontón de Tianjin, inagurado en septiembre de 1934,  se llamó S.A.I Forum” y fue promovido por el entonces cónsul italiano en Shanghai, el conde Ciano.

Referencias

 

 

Citación recomendada

Ortells-Nicolau, Xavier. “Itinerario: Españoles en Shanghai: frontones de pelota”, Archivo China-España, 1800-1950, [fecha de consulta], http://ace.uoc.edu/exhibits/show/espanoles-en-china/los-frontones-de-pelota