Cap. 2: Diplomáticos españoles en el imperio Qing
El Tratado de Nanjing de 1842 abrió la puerta a la llegada de diplomáticos españoles. El primero de ellos, Sinibaldo de Mas, tiene un papel muy importante en el Archivo, que se detalla en su Itinerario.
El Archivo también presenta documentos relativos a algunos de los primeros cónsules, como Nicasio Cañete o Francisco Díaz de Sobrecasas.
Una presencia más destacada es la de Eduard Toda i Güell, quien ejerció de primer cónsul en Hong Kong, en 1878. Además de sus cargos diplomáticos, Toda tuvo una importante carrera literaria,en la que destaca La vida en el Celeste Imperio, su monografía sobre la historia, etnografía, costumbres y creencias de China.
El Archivo remite a las fotografías del fondo Otal y Ric en el Archivo de los Barones de Valdeolivos de Fonz (Huesca). Como ha documentado Miquel Luque Talaván, Enrique Otal fue destinado a la Legación de Pequín en calidad de secretario en 1875.
En esta imagen, Otal aparece en el centro, ayudando con la labor de una mujer, seguramente su esposa María Luisa Serrano y Cistué. Junto a ellos, vemos a Pedro de Prat y Agacino, marqués de Prat de Nantouillet, quien se hizo cargo de la Legación de Pequín en abril de 1874. (No está claro, pues, si se trata de una Legación anterior, o a un consulado en Shanghai, que se abrió en 1858).
Pero sin duda el documento más significativo de este periodo es el Tratado de Comercio y Navegación entre China y España, firmado en 1864 por Sinibaldo de Mas, y Xue Huan y Chong Hou por parte del imperio Qing.
El Archivo pone a disposición una versión completa, con el texto oficial publicado por la Gaceta de Madrid el 15 de Febrero de 1868, además de una traducción de la cláusula secreta final incluida en la versión china del tratado y preservada en el Archivo de Historia Moderna de la Academia Sinica (Taiwán).